¿Qué es una herida y cómo puede tratarse?
A lo largo de nuestra vida es muy frecuente que en el día a día tengamos multitud de accidentes y contratiempos que nos puedan ocasionar heridas y lesiones. La actividad cotidiana implica acciones y movimientos (andar, correr, saltar, hacer deporte, contacto físico, bailar, etc.) que, en muchas ocasiones, acaban en golpes, tropiezos y caídas, y como consecuencia de ello la aparición de heridas. Por ello, una herida está considerada como una lesión caracterizada por la alteración o ruptura de la continuidad e integridad de los tejidos blandos del cuerpo (piel, músculos, tejidos subcutáneos, nervios, etc.).
En este post detallamos toda la información sobre las heridas y sus tipos. Además, aclararemos algunos mitos sobre las mismas. ¡Sigue leyendo y no pierdas detalle!
¿Cuáles son los principales tipos de heridas?
Existen varios tipos de heridas y cada una de ellas con una gravedad diferente. Principalmente, los profesionales se apoyan en el aspecto de la misma para conocer su alcance y cómo actuar ante dicha situación.
Los tipo de heridas se dividen en: abiertas y cerradas, simples y complicadas.
- Herida abierta. En este tipo de heridas se observa la separación de los tejidos blandos del cuerpo humano. En ella se puede comprobar el espacio que hay entre un borde y otro de la misma, así como la profundidad. Estas heridas tienen un alto riesgo de infección.
- Herida cerrada. Son aquellas que no presentan una separación de los tejidos blandos, pero que habitualmente tienen hemorragia acumulada debajo de la piel, cavidades o vísceras. Aunque aparentemente parecen leves porque suelen estar producidas normalmente por golpes, pueden tener mayor gravedad de lo esperado inicialmente, ya que pueden crear lesiones internas.
- Heridas simples. estas alcanzan y afectan la piel sin ocasionar daños importantes en ninguna función del organismo. Normalmente, las personas manifiestan dolor local y no se quejan de daños internos.
- Heridas complicadas. Son profundas y extensas con hemorragia abundante. En la mayoría de ocasiones, conllevan lesiones de órganos internos, músculos, nervios o vasos sanguíneos. Estas se reconocen fácilmente y son muy llamativas.
¿Qué debemos tener en cuenta según la gravedad de las mismas?
Para minimizar las complicaciones de una herida como infecciones o problemas mayores posteriores, es fundamental actuar de forma correcta en los primeros momentos y seguir unas pautas:
Lesiones simples
- Valorar a simple vista la gravedad de la herida.
- Si hay hemorragia, el primer paso es detenerla aplicando presión.
- Limpiar correctamente la herida para evitar que se produzcan infecciones. Se debe procurar limpiar la herida desde el centro hacia los bordes.
- Desinfectar la herida leve aplicando antisépticos.
- Cubrir la herida para evitar infecciones provocadas por agentes del exterior.
- Vigilar la evolución con el fin de descartar signos que puedan indicar que haya infección.
Lesiones graves
- Valorar a simple vista la gravedad de la herida.
- Llamar rápidamente al servicio de emergencias 112.
- Si hay hemorragia, es fundamental intentar detenerla o taponarla.
- Controlar a la persona por si pierde el conocimiento y fuese necesario, porque deja de respirar, realizar una RCP.
Falsos mitos sobre las heridas
Ya hemos visto qué tipos de herida hay y qué procedimientos hay que seguir para minimizar el daño que puedan provocar en el cuerpo humano. A continuación vamos a revelarte algunos mitos que siguen presentes hoy en día sobre las heridas.
“Las heridas deben dejarse descubiertas y al aire”. Falso. Esto aumenta el riesgo de infección y detiene el proceso de cicatrización.
“Echar agua del mar es bueno”. Falso. El agua de mar contiene bacterias y no es recomendable para la curación de heridas.
“Usar pasta de dientes o azúcar”. Falso. Los profesionales no recomiendan el uso de remedios caseros, ya que no está comprobado científicamente su eficacia. En este caso, el azúcar puede producir microsangrados y la pasta de dientes puede provocar sobreinfección en la herida.
“Los rayos de sol”. Falso. El sol puede ocasionar inflamación en la herida y pigmentar la piel. Recomendable utilizar protección solar.
“Soplar alivia la herida”. Falso. La saliva expulsada en el soplo puede facilitar la presencia de bacterias en la herida.
Ahora ya conoces la importancia que tiene una rápida y correcta actuación para evitar causas mayores en las heridas. Si quieres formar parte del equipo sanitario que puede ayudar en estas lesiones, en Claudio Galeno puedes estudiar el Grado Medio en Emergencias Sanitarias y despertar todo tu potencial.
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